Uno de los puntos más atractivos para el turista viajero que visita los alrededores de Revilla de Pomar, es el conocido como Mirador de Covalagua. Situado a mitad de camino entre el acceso a la senda que conduce a la cascada de la surgencia, y la Cueva de los Franceses, ha venido siendo parada obligada para disfrutar de las excelentes vistas que el enclave ofrece y poder leer la información expuesta en el atril allí instalado.
Para facilitarlo, existe una zona plana y sin vegetación, junto a la calzada de la carretera que admite el aparcamiento de varios vehículos, mientras que sus ocupantes gozan del paisaje que se admira desde la parte superior de la citada cascada y que ofrece una preciosa panorámica de Revilla de Pomar.
Pues bien, por designios tan incomprensibles como los que han llevado a levantar el enrejado que aprisiona a los trabajadores y visitantes de la Cueva de los Franceses, el acceso al mencionado aparcamiento ha sido obstruido e imposibilitado por el depósito de grandes bloques de piedra, colocados allí, aprovechando las obras del reciente arreglo y mejora de la carretera.
Dado que no podemos imaginar que tal obstrucción haya sido decidida para impedir el disfrute de los turistas que visitan la zona por los responsables de promocionarla, sólo podemos pensar que la medida se ha tomado por criterios de seguridad. Y nos preguntamos ¿no habría sido mejor y más lógico mejorar la protección del mirador, aprovechando las inversiones efectuadas en barandillas y rejas en la Cueva de los Franceses? ¿O se trata de un problema de áreas de responsabilidad territorial y Covalagua es competencia de la Junta y no de la Diputación?
Sea como sea y por lo que sea, el hecho es que se ha conseguido el efecto contrario, como demuestra la reciente fotografía enviada por un visitante de la zona y seguidor de este blog. Los turistas, atraídos por la vista y por el atril informativo, se siguen deteniendo como antes, con la diferencia de que, al no poder aparcar en la explanada, lo hacen en el borde de la carretera, con el aumento de riesgos evidentes que ello comporta.
¿Llegará el día en que, quienes tienen la obligación de hacerlo, piensen bien y coordinen las decisiones antes de ejecutarlas?
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