UN ÁRIDO ENFRENTAMIENTO CON OSCURO TRASFONDO Y FINAL INCIERTO

Desde hace más o menos quince días, nuestro Ayuntamiento de Pomar de Valdivia está siendo noticia en diversos medios de comunicación locales, debido al conflicto de criterios que se mantiene con la empresa ÁRIDOS AGUILAR S.L., acerca de la concesión de nuevas licencias para la explotación minera de esta empresa.

De las declaraciones que ambas partes han hecho públicas, se desprende que el Ayuntamiento sostiene el incumplimiento de un trámite necesario para licenciar la nueva explotación pretendida por la empresa, debido a ciertos cambios efectuados por el solicitante sobre la documentación inicialmente presentada. Planteado así, no parece un requisito insalvable, aunque pueda requerir de la preparación de nuevos documentos en la ineludible burocracia que entraña este tipo de trámites.

Sin embargo, Áridos Aguilar se mantiene en su inflexible postura, con argumentos que, pudiendo ser correctos, tienen una cierta apariencia de insuficientes. Lo que resulta, como mínimo, sospechoso cuando lo que están en juego son once puestos de trabajo directos que parecen haberse convertido en el argumento de máxima presión coercitiva para lograr sus objetivos. Objetivos finales que parece que podrían perjudicar notablemente los intereses, también legítimos, de otros empresarios del sector agrícola en este caso.

Quienes sigan este blog, saben sobradamente que éste no es un medio sospechoso de carecer de actitudes críticas hacia la gestión municipal, siempre que las causas estén justificadas. No obstante, en esta ocasión, nos resulta difícil imaginar que nuestro Consistorio se esté negando sin razones para ello a la sencilla concesión de una licencia si está correctamente solicitada, de acuerdo con la normativa legal vigente.

Así pues, nos tememos que estamos frente a un empecinamiento de la empresa solicitante, en el mejor de los casos, convencida de que la razón le asiste y, en el peor, porque sus objetivos finales no sean exactamente los confesados y argumentados públicamente.

Sea cual sea la causa real que motiva la engorrosa y desagradable situación, aquellos que tienen la responsabilidad y la capacidad de solventar los inconvenientes, deberían pensar que, por encima de todo, están los puestos de trabajo de esos once empleados que no deberían pasar a engrosar el abultado censo de parados sólo por cuestiones "burocráticas".

No están los tiempos para que cierren más empresas, si la solución es tan simple como tramitar papeleo... ¿o se está buscando una "cabeza de turco" a la que responsabilizar de un ERE evitable?

Ojalá se resuelva pronto y favorablemente por el bien de todos.