Y es que a nuestros distantes dirigentes políticos les ha dado por la austeridad y el ahorro, gastando dinero en cambiar señales, sean de limitación de velocidad o de información turística, en vez de invertir ese presupuesto en añadir alguna de las se echan de menos clamorosamente y que ayudarían a mejorar la economía de sectores muy necesitados y diferentes a los fabricantes de señales renovadas, como, por ejemplo, el del turismo por el que se apuesta... con dinero ajeno y no siempre al número adecuado.
Porque, otro ejemplo, ¿para cuando la reposición de la destruida señal del Mirador de Valcabado?
Así que eso, paciencia. Tal vez algún día...
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