La compra del bono representa para el visitante un descuento acumulado del 50% sobre el precio de las entradas de todas las actividades a las que da derecho, con vigencia para todo 2011. Es decir, que las arcas públicas que gestionan los responsables de la Diputación van a dejar de ingresar el 50% de los recursos que habrían generado los visitantes de esos mismos lugares si no dispusiesen del bono promocional. Y la pregunta surge inevitable ¿es que no confían suficientemente dichos responsables en el propio atractivo de esos lugares, en los que tantos millones de euros se han invertido, como para necesitar llevar a cabo una estrategia desaconsejada en cualquier manual de marketing elemental? Un buen producto no requiere de este tipo de costosa y nada recomendable acción promocional.
¿Por qué destinar un amplio presupuesto (el de los menores ingresos esperables) a promocionar con tan abultado descuento las "joyas de la corona", cuando existen otras necesidades de apoyo al turismo provincial que sufren un déficit lamentable de la debida atención de quienes pregonan propagandísticamente que "apuestan por el turismo"?
Porque ¿no son atractivos turísticos de primer orden los enclaves como el Monumento Natural de Covalagua, el Mirador de Valcabado, el Menhir de Canto Hito, el Pozo de los Lobos, la Cueva del Toro, el Cañón de la Horadada, el Monte Bernorio...? Por citar sólo los más cercanos a Revilla de Pomar.
Y ¿no son servicios turísticos necesarios y de calidad públicamente reconocida los de Alojamiento y Restauración que ofrece el Hotel Rural CASA FLORENCIO también en Revilla de Pomar?
Aparentemente todo lo que no es "inaugurable", con la correspondiente noticia y reportaje con foto y entrevista en los medios de comunicación, no es merecedor de la menor promoción ni difusión publicitaria. Ni siquiera se dotan de la más mínima señalización informativa en los alrededores y carreteras que conducen a esos tesoros del patrimonio turístico de la Montaña Palentina, especialmente atractivos e interesantes para el perfil medio del turista rural de interior y amante de la naturaleza.
Porque si, hasta hace muy poco, la señalización era deficiente, escasa o poco atractiva visualmente, desde hace un año se está procediendo al incomprensible desmantelamiento de lo poco que había.
Han sido desmontados los paneles de información turística color carmesí situados a la entrada de la carretera provincial PP-6301, desde la N-627, y en la PP-6222.
Se ha destruido sin reposición la señal direccional del Mirador de Valcabado, con el símbolo de la cámara fotográfica, al enrejar la Cueva de los Franceses. Con lo que muchos visitantes ni se enteran de su existencia o no saben donde se encuentra.
Y, por si fuese poco, hace pocos días ha desaparecido el antiguo cartel enclavado en el comienzo de la PP-6301 a la salida de la N-627, único que enumeraba la totalidad de puntos de interés turístico cerca de Revilla de Pomar.
Se nos ocurre que, en el mejor de los casos, este último cartel y su gemelo a la salida de Revilla de Pomar, se han retirado para sustituirlos por otros con diseño más moderno y atractivo... pero ¿no habría sido mejor dejarlos en su sitio hasta que estuviesen listos los tan deseables como hipotéticos carteles nuevos? Más valía eso que nada.
Por último, mientras que las carreteras cántabras y de otras comunidades autónomas están abarrotadas de señales públicas que informan de la existencia de alojamientos y restaurantes, detallando la distancia a la que se encuentran, en Revilla de Pomar todo depende de la responsabilidad, iniciativa... e inversiones privadas. Y eso con problemas, porque desde la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento, se le dijo por escrito a CASA FLORENCIO que una señal como la de la foto que sigue, "NO ESTÁ NORMALIZADA". Sería otro invento de algún genio... para "ahorrar energía".
Pero nadie hace nada, nadie ve nada, nadie dice nada y nadie oye nada, porque lamentablemente... en Revilla de Pomar sigue "habiendo monos".
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