Apreciada Marisi, muchas gracias por dedicar tan extenso e intenso comentario a mi primera colaboración. Y, si mi “CARNAVAL POLÍTICO” te ha parecido todo eso que enumeras en tu exaltado texto lleno de juicios de intenciones que no son las mías, te receto que no leas, veas ni escuches ningún medio de comunicación, incluyendo los contenidos de las redes sociales de Internet repletas de hartazgo.
Mi breve reflexión publicada ayer, no “pretende ser un retrato de la clase política”, en la que, me consta, hay muchísimos miembros (quizá incluso demasiados en cantidad) con una gran calidad humana y sincera vocación de servicio, como es el caso de varios apreciados seguidores de este blog, entre los que tú estás. Pero, si hablamos de “esperpénticas caricaturas”, no tenemos más que leer o escuchar las acusaciones que se hacen, de forma recurrente, con constantes, gruesos y reiterados calificativos cargados de bilis, los propios líderes, miembros y portavoces políticos de toda condición, color y pelaje, dedicados por los unos a los otros, y por los otros a los unos… y por algunos a todos los demás.
Los diagnósticos clínicos no se basan en el estado de la mayoría de las células y su funcionamiento orgánico en el cuerpo del paciente que puede ser óptimo. Basta que unas pocas, pero significativas, células del cuerpo social, en este caso, del que forman parte los órganos políticos, estén infectadas de gravedad y que el resto no genere los mecanismos de inmunodefensión necesarios, para que el conjunto del organismo al que pertenecen se desequilibre y provoque enfermedades degenerativas, físicas, psicológicas o psicosomáticas. Y, es obvio que, analizando los síntomas públicos, el diagnóstico que nos ocupa es incuestionablemente de la más extrema gravedad.
Diagnóstico mucho más grave, en tanto existan esos pocos, pero relevantes, que pueden estar encuadrados entre los que menciono como “aquellos que aparentan el altruismo de la desinteresada vocación de servicio público para ocultar la más profunda y egocéntrica ambición de poder”. Me autocito literalmente para que compruebes que, en ningún caso, he afirmado que TODOS sean así, sólo me refería a "aquellos" que no dudo tú condenarás también. Repito, no he generalizado ni estaba en mi ánimo; soy consciente de que hay muchos ciudadanos que desempeñan labores políticas con ilusión, agotadora dedicación mal pagada y honestidad, como hay muchos que han dejado la función pública y la militancia política quemados y asqueados porque no se les ha permitido actuar así. Pero, siendo todos estos más que los otros, no parecen suficientes ni muy eficaces en la aplicación de las terapias de higiene sistémica que necesita urgentemente el conjunto del sistema político.
En tu comentario dedicas un largo párrafo a la corrupción, minimizando la cantidad de casos que denuncian los propios políticos o comentaristas afines. No es un problema de cantidad. Seguramente son menos que los casos de gestión limpia; aunque probablemente son más de los que sabemos. Pero fíjate que yo no me limito a mencionar la corrupción, como tara endémica fomentada por el sistema de la interesada partitocracia que la fomenta y consiente, como mínimo, con su silencio cómplice. También cito sueldos vitalicios inadmisibles e inmorales, más en el momento presente; prebendas desproporcionadas que son un agravio comparativo, incluso para esos muchos otros que hacen la política “humilde”; hablo del nepotismo y el clientelismo de los cientos de asesores e innecesarias empresas públicas generadas para favorecer a “amiguetes” del poder enquistado; pienso en las Fundaciones “poco ejemplares”, incluyendo las que aportan financiación desmesurada a los partidos políticos, por lo que no se mencionan ni denuncian por ninguno; me acuerdo también de las grotescas y carísimas “embajadas” de las Autonomías; de las subvenciones derrochadas en cuestiones y para fines indignantes; de la pactada desvergüenza fiscal de las SICAV, de los indecentes y opacos privilegios de los poderosos grupos de presión como la banca y el fútbol… Y, sobre todo, me lamento de la ineficacia, aún con buena voluntad, de una carísima administración hipertrofiada, en la atención y resolución de los problemas que más preocupan a esos ciudadanos que sólo pueden elegir a sus "representantes" en listas cerradas, impuestas y cocinadas por intereses ajenos a los suyos y que, después, se usan como patente de corso para ejercer una suerte de “totalitarismo democrático”. En este mismo blog puedes destilar algunos ejemplos muy cercanos de los que sabemos que tú también criticas y lamentas. Pero debe ser cierto eso de que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, como lo es que hay diferentes formas de ejercer la democracia.
Y, con estos síntomas y otros que podríamos enumerar… ¿Te sigue pareciendo “injusto, etc.” el contenido de la breve reflexión carnavalesca que publiqué ayer?
Espero que vayamos estando más de acuerdo en el futuro y te agradezco muy sinceramente la bienvenida que me dedicas.
Un cordial y respetuoso saludo.
Estimado House, solo unas pocas líneas para agradecerte el tono de tu respuesta y comentarte que aunque desde un principio entendí la intencionalidad de tu primer comentario, y que puedo estar de acuerdo con algunas de las afirmaciones que viertes en este segundo; no por ello puedo dejar de manifestar mi disgusto por esa sensación de generalización sobre la clase política, que a pesar de tus puntualizaciones, se desprenden de ellos.
ResponderEliminarConozco a muuuuchos políticos y ninguno de ellos con "sueldos vitalicios inadmisibles e inmorales"...es mas, ninguno con sueldo vitalicio...(quizá los ex presidentes de gobierno o de alguna CC.AA???). También conozco muchos políticos que tras años de trabajo intenso y dedicación a sus ámbitos de trabajo político, se van a sus casas sin paro, con profesiones abandonadas, con negocios arruinados unas veces por abandono y otras por las consecuencias de la propia actividad política...,
Otra cosa distinta es el tipo de políticas que se desarrollan, la eficacia del gasto público, los clientelismos..... que de ellas se derivan. En eso casi seguro estaríamos de acuerdo, pero creo que ese no era el leit motiv de tu artículo.
Resumiendo porque ní quiero rebatir por partes aquello con lo que no estoy de acuerdo, ni quiero hacer de ésto una batalla personal.
Sinceramente pienso que la degradación pública que la clase política está sufriendo no es buena para nadie y puede ser peligrosa si la gente termina por considerar a los políticos mas como un inconveniente que como una ventaja, como una lacra del sistema que pondría en cuestión el propio sistema democrático.
Estoy de acuerdo con que hay que poner mas filtros, mas controles, exigir mas honestidad y transparencia en todos los niveles del poder.... pero cuidado con quien está detrás de este desprestigio inducido, de quienes actúan a través de los medios y de la propia opinión pública, , no vaya a ser que por cuestionar la política....terminemos TODOS por perder el poder.
Un saludo Amigo House, seguimos en contacto. Buen comienzo .STOP.
Apreciada Marisi, soy yo el agradecido. Me alegra que entendieses mi intención, aunque sigas viendo una generalización inexistente tanto en el fondo como en la forma.
EliminarPersonalmente conozco a varios políticos que me honran con su amistad, a los que espero que te sumes, y tengo la mejor opinión de todos ellos, lo que no modifica mi diagnóstico general por unos síntomas que son tan evidentes que no requieren de mi probada pericia ni de excesivas pruebas médicas.
A todos, conocidos y no, os pido y recomiendo las medidas clínicas o de cirugía, si es necesario, para evitar que la enfermedad degenere en la irreversible metástasis que se desprende de tu último párrafo. No hay que olvidar que "la mujer del César debe ser honrada y parecerlo.
Un afectuoso saludo reiterando mi agradecimiento, porque este comienzo no hubiese sido tan bueno sin tu ayuda. Seguimos en contacto.
House, eres un fenómeno. Gracias por los enlaces que has incluido a nuestro blog http://alficoasesores.blogspot.com/
ResponderEliminarAbrazos y suerte. Cuenta conmigo.