LOS "LADRIDOS" OÍDOS SOBRE ÁRIDOS AGUILAR S.L. ¿ERAN DE GALGOS O DE PODENCOS?

El Boletín de la Provincia publica la solicitud de licencia de Áridos Aguilar

La empresa considera un motivo de celebración que la tramitación «dé un paso como éste»

Compañeros de más edad me han contado que, cuando eran niños, no había tele en la mayoría de los hogares españoles y en las tardes radiofónicas se emitían cuentos y fábulas tradicionales, con moralejas llenas de enseñanzas de lo más educativas. Pues, mira por dónde, la noticia publicada por el Norte de Castilla, cuyos titulares encabezan esta entrada, me ha recordado una de aquellas fábulas que me contaron sobre dos liebres que, en vez de huir a toda prisa ante la inminencia del peligro, se quedaron inmóviles, enzarzadas en la absurda y estéril discusión sobre si los ladridos de la jauría que se aproximaba a todo correr, eran de galgos o de podencos. Y, claro, galgos o podencos, las alcanzaron y dieron buena cuenta de ellas en un triste pero merecido e instructivo final.

Moraleja: No os enredéis en estúpidas y polémicas discusiones que conducen a un pesimo final que podía haberse evitado, sin distraerse de lo realmente importante.

Porque, "para este viaje no hacían falta alforjas", como decía mi abuela, española muy refranera ella.

Ya supongo, de nuevo recordando a mi abuela materna, que "doctores tiene la Iglesia", en cada una las partes del prolongado conflicto sobre la tramitación de las licencias solicitadas por Áridos Aguilar.

Ellos, con más información, dispondrán de un montón de argumentos explicativos que justificarán o pretenderán justificar el culebrón (esto sí que lo ha sido y no el de Marlene, apreciado Esteban). Pero la verdad es que a la mayoría, lega en la materia, no deja de producir, como mínimo, un enorme estupor, porque no se comprende que lo que, al final, parece que tenga sencillo arreglo, se haya manejado como hemos ido sabiendo por la algarabía de unos y los sepulcrales silencios de otros.

Galgos o podencos, cuando muerden, los dientes hacen daño

Si los ladridos eran de galgos o de podencos, importa poco. Aunque sería tan interesante como improbable conocer los detalles de fondo. Porque, según asegura Áridos Aguilar en otro comunicado, «ya no busca entender la causa de los perjuicios causados, de la exigencia de documentos sin justificación, de las prohibiciones, de la enemistad, ni de la eterna demora en las anteriores tramitaciones que no progresaron». La empresa hoy «mira hacia el futuro», hacia la oportunidad que las licencias municipales le brindarán de «continuar produciendo y contribuyendo a levantar la economía local». Vamos, lo que persigue cualquier Ayuntamiento.

Moraleja: El enredo en la eternizada discusión ha costado el empleo a tres trabajadores, sin culpa de nada. ¿Serán recontratados si la licencia se concede finalmente?

Tampoco hay que olvidar los "daños colaterales", como la fisura de desacuerdo abierta entre los concejales socialistas, la pérdida de tiempo y dinero de todos los vecinos y los daños a la imagen pública del Ayuntamiento en su conjunto y del Alcalde en particular, por la falta de acciones en defensa de su honor y la pésima política de comunicación mantenida hasta el último momento. Esperemos no tener que añadir que la Fiscalía de Palencia admite a trámite y da curso a la denuncia penal interpuesta por Áridos Aguilar contra el Alcalde, el Teniente de alcalde y el Secretario del Ayuntamiento de Pomar de Valdivia por prevaricar con actuación "injusta y arbitraria".

Más información en este enlace del Diario Palentino Digital.

Empleados de ‘Áridos Aguilar’ en un pleno en el Ayuntamiento de Pomar

(ACLARACIÓN PARA SUSCEPTIBLES: Las referencias a la fábula clásica de Esopo son sólo metáforas simbólicas. En ningún caso se pretende insultar a nadie "llamándolo perro". Esperamos que no haya malas interpretaciones como en otras ocasiones).