Por ello, desde este espacio que no elude la crítica constructiva en favor del pueblo que le da razón de ser, denunciamos lo que, a primera vista, reúne todos los lamentables atributos mencionados. Se trata de la valla que la Diputación de Palencia ha decidido instalar alrededor del perímetro de la parcela donde se encuentra el Centro de Recepción de la Cueva de los Franceses, imponiendo un "burka" a su atractivo, mientras que no encuentra el presupuesto para señalizar mínimamente los servicios de alojamiento y restauración que turistas y visitantes pueden encontrar en el cercano Revilla de Pomar.
Nadie entiende ni encuentra la posible lógica de las hipotéticas razones que han podido conducir a tan peregrina decisión. Porque:
- Si se quiere proteger el pabellón de asaltos indeseables, la fragilidad del tipo de vallado que se está utilizando no resistiría ni el intento más débil.
- Si se pretende disuadir a quien se plantee apropiarse de algo de valor, sólo se consigue el efecto contrario, porque se está pregonando que puede haberlo.
- Si se persigue evitar la libre circulación por las zonas públicas de los rebaños de vacas que pastan y circulan por el Páramo de la Lora, es más barato, estético y eficaz exigir al ganadero que cumpla responsablemente las normas del contrato de licencia y que limpie lo que inevitablemente su ganado mancha. En caso extremo, otra protección de mucha menos altura cumpliría esa función.
- Si el objetivo era "rematar" las obras e inversiones... admitimos que se ha conseguido, pero en la acepción más homicida del verbo, porque se está tendiendo una espesa cortina que oculta el paisaje y al propio y singular edificio que tenía el encanto de destacar en el horizonte del páramo.
- Si se ha tratado de delimitar y marcar dominios territoriales, mejor y más barato habría sido recurrir al antiguo procedimiento ancestral que utilizan los mamíferos llamados inferiores. Al menos, habría menos riesgos para los automovilistas que bajen del mirador y tomen, sin precaución extrema, la arriesgada curva, helada en la época invernal...
En fin, ahora que la valla oculta e impide la visibilidad de las señales antiguas, quizá sería una buena idea poner un cartel, en lugar visible, que informe de que "ESTO NO ES GUANTÁNAMO. DETRÁS DEL TELÓN ESTÁ LA ENTRADA A LA CUEVA DE LOS FRANCESES".
Confiemos en que, aunque sea al caro precio de haber malgastado la inversión, alguien con buen criterio y capacidad de aplicarlo, decida suprimir este opresivo engendro que tanta libertad visual y psicológica resta a quienes disfrutamos paseando por esos bellos parajes, dejando que la mirada vague y se pierda en el horizonte abierto y despejado.
No lo veo muy bien en la foto, pero desde luego tienes razón, es un engendro, es que ni siquiera las vallas son bonitas, estéticamente quedan bastante mal y más para el entorno que es, ya sabes siempre hay eruditos a quienes se les ocurren este tipo de cosas, mejor si dedicaran el esfuerzo en otras más necesarias, pero siempre habrá quien quiera quedar bien de cara al pabellón y no le importe de que manera, eso les da lo mismo, besos y saludos,
ResponderEliminarGracias por tu comentario Carmen, aunque no creo que esa decisión haya sido tomada para "quedar bien" ante nadie... La verdad es que, como ya he expuesto, no acierto a imaginar la "justificación" que puede haber detrás de lo que no comprenden ni quienes lo están montando "por orden de..."
ResponderEliminarAl final, todo es cuestión de "to be, or not to be".
Kisses for you.
Carmen, disculpa por el olvido. Bellísimo el autorretrato a contraluz que he visto en tu galería en todo su esplendor. Quienes tengan la suerte de apreciar tu talento fotográfico en el enlace "LA MIRADA DE KARAMELE", así como tu amor por los espacios abiertos que expanden el espíritu, comprenderán tu valoración del motivo de este post.
ResponderEliminarMás besos.